El Enfoque de Género en Las PYMES en la Actualidad
El Enfoque de Género en Las PYMES en la Actualidad 1. Introducción Las PYMES en países en vías de desarrollo son fundamentales, ya que se constituyen en grandes generadoras de empleo y concentran gran parte del movimiento económico de cada país. El crecimiento de estas empresas permitirá de manera directa, contribuir con el desarrollo económico de los países, derivando esto en el mejoramiento de las condiciones de vida de las personas. Debido a todos los problemas económicos que vivió Bolivia durante las pasadas décadas, las personas se vieron obligadas a realizar actividades económicas de auto empleo, ya que perdieron sus fuentes laborales debido a que las empresas también sufrieron las consecuencias. Por otra parte las personas del campo también se vieron en la necesidad de buscar mejores condiciones para el mantenimiento de sus familias, obligándose en muchos casos a migrar a las ciudades. Conociendo esos antecedentes, el análisis de género en este segmento es muy importante, ya que al ser las PYMES las principales fuentes generadoras de empleo en Bolivia, conseguir que exista conciencia al respeto repercutirá directamente en bienestar de las familias y contribuirá en un mediano plazo al desarrollo de nuestro país. 2. La importancia de trabajar en enfoque de género para las PYMES Muchas empresas quebraron en Bolivia por la coyuntura socioeconómica y política, derivando en despidos masivos, para ellos se otorgó liquidaciones como compensación a los desempleados, ese ingreso económico en muchos casos sirvió como capital de arranque para un negocio propio. Años después el panorama social, económico y político en Bolivia se fue estabilizando y mejorando, las demandas de los pequeños negocios fueron creciendo. Los negocios requerían mayor inversión para atender la demanda de sus clientes; de esta forma surgen en primera instancia los micro créditos. Otro acontecimiento relevante fue el movimiento migratorio campo-ciudad de los últimos años en busca de oportunidades laborales y con éste el surgimiento acelerado de negocios por cuenta propia, muchos de ellos familiares, han demandado el apoyo de las instituciones financieras a través de préstamos. Los créditos para pequeña y mediana empresa PYMES surgen por la creciente demanda de un sector emergente: el comercio. Los negocios encontraron en los préstamos el mecanismo adecuado para fondear la compra de insumos y de esta manera expandirse y competir en el mercado. Muchos dueños y dueñas de negocios son de ascendencia étnica del campo sin haber vivido necesariamente en ámbito rural, por lo tanto se identifican como urbanos y se caracterizan por contar con ingresos económicos altos. Al respecto Wanderley, F. refiere “El concepto de “burguesía chola” hace referencia a estos procesos de movilidad social de estratos populares y de ascendencia indígena en espacios urbanos que escenifican su acumulación en fiestas.” (2008). Con una mirada de género, se puede decir que en los negocios de auto- empleo hombres y mujeres gozan de oportunidades y roles participativos, sin embargo por la naturaleza diferencial de cada sexo las formas de administración y de ostentación de ganancias son distintas. Es muy común que los negocios sean administrados por mujeres, ya sea por herencia familiar o por emprendimiento propio, las mujeres lideran en los negocios de auto-empleo. Se evidencia en el sector comerciante el poder de mujeres para la toma de decisiones, distribución de ganancias e incursión en nuevas actividades. El autor De la Cruz, C. en 1998 expresa que “A través de algunas acciones a corto plazo, las mujeres se benefician con la satisfacción de algunas necesidades prácticas. Sin embargo, si se aumenta su capacidad de toma de decisiones y su status, los beneficios a largo plazo son mayores.” Las mujeres que administran negocios ocupan un status distinto al de mujeres que son trabajadoras en mano de obra o vendedoras, la estratificación social es evidente. No en todos los negocios administrados por mujeres se goza del mismo flujo económico: “El nivel de remuneración de mujeres y hombres que trabajan como cuenta-propia, trabajadoras familiares, propietarias de negocios familiares, micro y pequeñas empresarias o como trabajadoras asalariadas en estas unidades es muy diverso.” (Wanderley, F., 2008) Existen actos de discriminación dentro grupos de mujeres en el ámbito de negocios, no todas acceden a los mismos beneficios ni cuentan con las mismas oportunidades; las más vulnerables son aquellas que migraron a espacios urbanos sin contar con capital propio, para subsistir deben aceptar cargos de empleadas dentro pequeñas y medianas empresas. Muchas veces el salario y las condiciones laborales no cumplen con los estándares mínimos pero las mujeres trabajadoras en estos lugares aceptan estas limitaciones y en algunos casos animadas bajo la consigna de apoyar y trabajar para otra mujer. Entonces, ¿con los antecedentes mencionados, se puede hablar de una organización de poder matriarcal?, ¿La solución a los obstáculos eminentes del patriarcado es el matriarcado?. ¿El proceso de despatriarcalización equivale a otorgar el poder , en negocios por ejemplo, a mujeres exclusivamente?. Esas son algunas interrogantes que surgen al evidenciar que los postulados del patriarcado se acomodan a la situación de mujeres que gozan de poder. Para comprender mejor el concepto de matriarcado es necesario hacer referencia al patriarcado, Ibernagaray define como patriarcado a la estructuración de poder que afirma que por condición natural el hombre es apto para dominar a otras, y no es apto cualquier hombre, sino aquel que cumpla con requisitos de superioridad frente al común. La autora resume que el patriarcado es excluyente y limitante por lo tanto debe ser erradicado. A raíz de las limitaciones que se generan por el patriarcado surgen movimientos organizaciones en defensa de la mujer con el postulado de lucha constante contra la estructura patriarcal. En Bolivia un movimiento líder para la reivindicación de las mujeres es la agrupación feminista de Mujeres Creando que promueven el mandato “no hay descolonización sin despatriarcalización” (Ibernagaray, J., 2012). La descolonización hace referencia a procesos para recuperar saberes, costumbres, normas, etc. previos a la colonización. Al comparar la descolonización con despatriarcalización se pretende resumir que el cambio debe producirse con los sistemas de poder unipolares. Ahora bien, el patriarcado concentra el poder y atributos especiales en los hombres “fuertes y dominantes” y por otro lado el matriarcado funciona a la inversa; algunas mujeres gozan de atributos especiales y poder. Con una mirada de género puede afirmarse que despatriarcalizar no equivale a concentrar el poder en un grupo, sino más bien distribuirlo para promover la corresponsabilidad y complementación de hombres y mujeres. La importancia del enfoque de género en el ámbito económico y de créditos radica en poder reconocer las necesidades y expectativas distintas para hombres y mujeres y dar las mismas oportunidades crediticias a ambos sexos, sin preconceptos o estereotipos de la supremacía de un grupo. Es un hecho que las mujeres que lideran negocios pueden realizarlo con éxito. Sin embargo debe tomarse en cuenta también que pasar del patriarcado al matriarcado no es trabajar con enfoque de crédito porque se beneficia a un solo grupo. Los Bancos como instituciones formales que mantienen relación directa con dueños y dueñas de negocios deben contemplar el enfoque de género para realizar sus actividades planteando respuestas a las demandas diferenciadas por sexos bajo la premisa de garantizar un equilibrio de oportunidades, todo el proceso de préstamo debe ser enfocado con perspectiva de género para superar brechas ajustando y cambiando políticas que demuestren desigualdad por razones de género. Sobre lo mencionado se puede acotar: “Un enfoque de género debe tener en cuenta las relaciones de género en el contexto institucional relevante dentro del cual se realizan las actividades específicas, y analizar qué aspectos necesitan ser cambiados o reproducidos, antes de determinar las posibilidades para el diseño de respuestas más sensibles al género.” (De la Cruz, C., 1998). Las experiencias de las instituciones bancarias no solo se enriquecen con cambios y ajustes de políticas sino también con la reproducción de éxitos y la réplica de acciones o políticas beneficiosas en el mismo nivel para hombres y mujeres superando también las brechas al interior de cada grupo: origen étnico y nivel socioeconómico. 3. Reflexión Final Como se mencionó en un principio, las PYMES se constituyen en la principal fuente de empleo en nuestro país, razón por la cual es fundamental trabajar con los propietarios, a fin de desarrollar una cultura organizacional que contemple el enfoque de género como un pilar, de tal forma que puedan crear ambientes de trabajo adecuados para el desarrollo de los empleados y el bienestar de sus familias. Los propietarios deben estar conscientes del rol que juegan en la vida de las personas que albergan en sus negocios, y de la importancia que tiene ofrecer trabajos bien remunerados y con las prestaciones sociales adecuadas, a fin de otorgar estabilidad a los trabajadores que les permitan desarrollar objetivos de largo plazo que se orienten a mejorar las sus condiciones de vida. Las entidades financiares han trabajado este aspecto, ya que muchas de estas organizaciones se encuentran lideradas por mujeres y ofrecen las mismas oportunidades de crecimiento profesional a las personas, independientemente al sexo, sino más bien a su capacidad. De igual manera tanto las políticas de otorgamiento de créditos como de trato al personal deben ejecutarse desde una perspectiva de género reforzando la imparcialidad y ejercer influencia para beneficiar más a un grupo respecto a otro, minimizando asi la brecha de desigualdad. Para esto se considera que es fundamental involucrar a las mujeres en este proceso, ya que ellas son el núcleo de la familia además de tener por naturaleza dentro de su personalidad mayor grado de empatía y consideración. 4. Referencia Bibliográfica Ibernagaray, J. (2012). Entre el discurso y la práctica: Dilemas de despatriarcalización en el proceso de cambio. (p. 143) Mujeres en diálogo: Avanzando hacia la despatriarcalización en Bolivia. Carmen Sanchez comp. La Paz, Bolivia: Coordinadora de la Mujer. Editorial Presencia. Kideitu. (2007). El principio de igualdad de mujeres y hombres en el empleo. (p.11). Guía para la incorporación del enfoque de género en los proyectos de empleo y formación. Aprendiendo de la experiencia EQUAL. Gobierno Vasco, España: Emakunde, Instituto Vasco de la Mujer como entidad coordinadora de la Agrupación de Desarrollo “Red Kideitu”. Wanderley, F. (2008). Género, etnicidad y trabajo en Bolivia. (p. 145). Revista Umbrales No. 18. La Paz, Bolivia: Plural editores CIDES – UMSA. De la Cruz, C. (1998). Los indicadores. (p. 68). Guía metodológica para integrar la perspectiva de género en proyectos y programas de desarrollo. País Vasco, España: EMAKUNDE/Instituto Vasco de la Mujer.